Cali Colombia

jueves, 21 de enero de 2010

EL CUERPO DE LA AUSENCIA


Después de un mes desde la última entrada, me parece simétrico publicar hoy jueves 21 de enero; sin más preámbulo comparto con usted querido lector el siguiente escrito, no busques una lógica muy significativa….




s una sombra que ilumina los días llenos de nada, esa forma exterior de la ausencia ni si quiera se parece a algo, no es ni el antes ni el después, como los restos de un cadáver que aun no a muerto, ni arriba ni abajo reposando en vida con ansias de un fin rápido, pero esta suposición es solo una apariencia, un atisbo premeditado que cabalga sobre el viento dirigiendo los guerreros del olvido.


Encuentro

Como una cacofonía cortante interrumpe de golpe el ruido, es un atentado contra las dulces carisias de mis cabalísticas fantasías, no queda más que sacudir la cabeza y recuperar con gran fuerza la lúgubre eufonía de la calma.

Grito cósmico


Grito cósmico II

Ese cuerpo tentador que reside bajo mis parpados, se va y aparece a cada momento, provocándome escalofríos y haciéndome sentir cuando el agua fluye por las paredes, en forma de venas blancas mojando el cáliz de la intranquilidad.

Tentación

Se ha escapado el más grande de los campanarios, tiempo atrás fue condenado por sus cantos que hacían temblar y sentar en tierra las rodillas de ignorantes, hoy anda libre solo para visitarme y traerme de regalo su negro gabán, como consuelo después de largas noches llenas de frio desde que ya no vibra el bronce de su cuerpo.

Amigo campanario

Desde que descubrí que la caridad es un sinónimo de filantropía, siento más aprecio por los amigos muertos del mundo, no por que los gigantes escribieron en las montañas sus memorias, sino porque son también cuerpos ausentes, en las brasas del recuerdo.

Tormenta de Candela

La muchedumbre se congrega sobre los valles, cuerpos dichosos y alegres ofrecerán sus corazones sobre la bóveda sagrada, para que mi apostólica duda se desvanezca. Esa sombra asfixiante es la dueña de los ruidos estrambóticos, es la piel de ese cuerpo que no esta sino en mis recuerdos, el frio ya no es tan frio, ya no quema el espíritu, mientras me recupero de su maldad entrañable y sus cadenas siento el aire fresco confortable, seguiré esperando a ver si sus sacrificios sirven de algo, no son mas que humo negro.

Humo Negro

Seguirán las dudas por las palabras no entendidas, por los momentos no sentidos, por el placer no disfrutado, por las noches no soñadas, por las caderas no galopadas y el amor no poseído.