Cali Colombia

sábado, 10 de abril de 2010

PALOMAS NEGRAS



ortan el viento mis aves de guerra, picos duros afilados por el odio, anidan ya en mi alma con sus marchitos olivos, la paz nunca existió, nunca sirvió para nada, tan solo es un arrogante símbolo.

Están truncadas ya las barreras de la razón, solo tengo la convicción de arrastrar a mis traidores al dolor, alimentar a la pequeña bestia es el orden de la noche, en alargadas pausas de terror sumergir a todos los malditos a quienes desprecio.



Alaridos de impotencia en mis entrañas, ya no serán más la palidez del día, ya no callaran los sinsabores del perdón, solo calmare mi espíritu con la danza de la sangre y el silencio de los irritantes.

Se han cerrado las cortinas del perdón, nada abastece más mi calma que ver suplicar y sufrir, quien eres tu, un gran nadie, un tomento para los virtuosos racionales, aun así te atreves a decir que todo esta mal, en nombre de la vida seres como tu merecen morir, y ser borrados por nefastos.



Mantengo la guardia, si en algún recuerdo me odias, truncare la tregua piedra contra piedra, estaré atento a tus actos, por que se que me desprecias, te vigilare con cautela retoño de alma perdida, por si despiertas de tu sacrílego sueño vomitado de nauseas.




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